FOXFIRE (LAURENT CANTET, 2012)



En Foxfire parece haber un pulso entre la voluntad de realismo buscada a través de la caligrafía del documental -cuya máxima expresión alcanzó el director en su película anterior, La clase (2008)- y una aventura juvenil de pandilleros -algo utópicos- enfrentados a las figuras de autoridad: padres, profesores, y el género masculino en general. La película narra las peripecias de un grupo de niñas enfrentadas a la rígida sociedad norteamericana de los años 50 por motivos que se van acumulando: la marginación social primero, el feminismo luego, y más tarde una ideología de izquierdas muy pura que pretende nada menos que la revolución, pero que al chocar contra la estructura capitalista acaba cayendo irremediablemente en la actividad criminal. Esa evolución está individualizada en el personaje de Legs (Raven Adamson) -interpretado en 1996 por una joven Angelina Jolie en una versión anterior de la misma novela- que pasa de ser una rebelde con causa a la líder de un ensayo de comuna en una vieja casa. Su pequeña revolución pronto se ve ahogada por la misma razón de siempre: no entra dinero suficiente del exterior para mantener a todas las que allí viven. El personaje de Legs se encuentra en una huida constante, y al final de la película acabará buscando sueños -¿inalcanzables?- todavía más grandes. Pero su personaje resulta lo menos creíble del relato: tan poco realista como la horrenda peluca que lleva en la segunda mitad de la historia. La otra protagonista es Maddy (Katie Coseni) más bien la narradora que toda historia necesita. Su papel es el de amante de Legs, y de cronista de las aventuras de las chicas. A pesar de ser una de las más implicadas en ese utópico proyecto de vivir al margen de la sociedad y de los hombres para poder ser libres y verdaderamente felices, Maddy abandona a sus compañeras y parece integrarse en la "normalidad". Su pertenencia a Foxfire parece haber sido solo una etapa de su vida que era necesario "quemar". Pero quizás su trabajo en un observatorio, mirando hacia las estrellas, sea un reflejo de que en el fondo, Maddie, no ha dejado de soñar.


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