INTERSTELLAR (CHRISTOPHER NOLAN, 2014)


Interstellar es una ambiciosa superproducción de ciencia ficción que narra un viaje espacial y emocional con todos los recursos del "gran cine": actores más que solventes, unos efectos especiales impecables, un diseño de producción muy original, la fotografía y la banda sonora son impresionantes. Pero hay un problema. Los grandes temas que aborda Interstellar no están bien desarrollados en su guión. Para asistir al espectáculo de la conquista del espacio y para emocionarnos con sus grandes intérpretes hay que soportar largas escenas de diálogos explicativos. Esta es mi opinión.


-AVISO SPOILERS-

Un grupo de astronautas se embarca en un viaje espacial respondiendo a una misteriosa llamada -posiblemente extraterrestre- que les lleva hasta un agujero negro que podría ser la clave del futuro de la Humanidad. El argumento, en esencia, resume dos películas de ciencia ficción: 2001: Una odisea del espacio (Stanley Kubrick, 1968) e Interstellar.


Kubrick quiso que su película fuese una "experiencia" para el espectador y para ello creó imágenes que son historia del cine, unos efectos de sonido innovadores, y una banda sonora memorable que utilizaba piezas de música clásica. No hay prácticamente diálogos en 2001, y mucho menos se nos ofrece una explicación de lo que ocurre. Kubrick quería que interpretáramos libremente la historia y 2001 es sin duda su obra -maestra- más enigmática. Interstellar es todo lo contrario. En los -aproximadamente- primeros 60 minutos de metraje, sus personajes hablan y hablan dejando claros sus sentimientos, sus miedos y lo peor, las teorías científicas que sustentan lo que va a ocurrir en la escena siguiente. Las preocupaciones del protagonista, Cooper (Matthew McConaughey), están muy claras, porque él mismo las verbaliza: los hombres han dejado de ser exploradores para convertirse en granjeros. Cooper se siente como Luke Skywalker en Star Wars (George Lucas, 1977) y lo dice directamente ¿dónde está el subtexto? Interstellar es 2001, con audiocomentario. 


Quiero dejarlo claro. Interstellar no tiene que ser 2001. Pero ¿Cuántas veces repiten en la película que el tiempo es más lento para los viajeros espaciales con respecto a los que se han quedado en la Tierra? Supongo que toda la jerga científica que sueltan los personajes es ciencia ficción "dura". Pero el final de El planeta de los simios (Franklin Schaffner, 1968) deja claro exactamente el mismo concepto, sin explicarlo ni una vez. En 1977, George Lucas decidió que sus personajes en Star Wars no hablarían como los de las películas de ciencia ficción de los años 50. Estos explicaban al público el funcionamiento de su tecnología futurista con largos e inocentes diálogos. Pero la intención de Lucas era ser realista -a pesar de estar contando una fantasía- y si nosotros no hablamos constantemente de cómo funciona un televisor, ya que estamos familiarizados con él, ¿por qué iba Han Solo a explicarnos el Halcón Milenario al que se sube todos los días?


Otro ejemplo. En un momento crítico del viaje, Brand (Anne Hathaway) suelta un discurso sobre que el amor es la fuerza que mueve el Universo. Muy bonito. Pero ese discurso se basa en que ella está enamorada. Y eso lo sabemos porque lo dice Cooper. No hay otra manera de implicarnos emocionalmente con lo que propone Brand porque no la hemos visto con su pareja, ni sabemos nada de su relación, ni conocemos al objeto de su amor. Interstellar cuenta una historia -como en el teatro- pero no la muestra: eso es el cine.


Una de mis escenas favoritas de la película, estéticamente preciosa, es cuando Cooper, atrapado en el agujero de gusano, en un limbo del espacio tiempo, intenta hacer contacto con su hija por detrás de la librería de su habitación. La imagen es extrañísima, surrealista y muy poderosa. Pero Nolan tiene miedo de que nos perdamos y recurre a la voz en off del robot TARS (Bill Irwin) para dejarlo todo bien clarito ¿Hacía falta?


Mi problema con Interestellar es que está contada únicamente a través de diálogos. Largas conversaciones entre personajes -McConaughey tiene experiencia en esto tras True Detective- que te hacen preguntarte si ha valido la pena coger el coche y conducir hasta una sala Imax para ver una película sobre astronautas de cháchara. Para mí, contar una historia través de diálogos -y no de acciones visuales- es una señal de pereza (lo mismo pienso de la exitosa Lucy de Luc Besson). Christopher y Jonathan Nolan, como guionistas, apuntan a temas de gran calado, pero fallan a la hora de crear una historia humana con los mismos. Los personajes sueltan frases grandilocuentes sobre el futuro de la Humanidad, sobre el amor, sobre padres e hijos, pero no les vemos hacer prácticamente nada más que hablar hasta que comienza el viaje espacial. Y todavía entonces siguen hablando.


Una pena, porque una vez hemos despegado con los protagonistas, Nolan demuestra un poderío visual apabullante, una inventiva tremenda e incluso la capacidad de emocionarnos cuando -por fin- aflora el lado más humano de una historia que recuerda también a Cuando los mundos chocan (Rudolph Mate, 1951). Diría que en el fondo Interestelar trata sobre el sacrificio y sobre padres e hijos. Sobre lo que vamos a dejar a la próxima generación. Pero no hace falta decirlo. Hay diálogos bastante explícitos que lo dejan muy claro.


CONTENIDO ADICIONAL: La referencia a 2001 más obvia son los robots que acompañan a los astronautas, sus voces recuerdan a un HAL 9000 que se ha pasado a la comedia, pero es que además, los autómatas tienen forma de... monolito.

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